Alex
Alejandro Glez   Galapagar, Madrid, Spain
 
 
No compres sin pensar -:steamfacepalm:- Think before considering any purchase.
El contexto lo es todo -:steamfacepalm:- Context is everything.
Sobre la ignorancia y la felicidad. 1/2
El turista:

Vivimos hoy relegados a la condición de puros turistas, la peor catalogación que existe hoy para referirnos a cualquier grupo social. En nuestra propia casa, en Internet, visitando a un familiar o paseando por nuestro propio barrio, nos comportamos como verdaderos turistas cegados por la pompa y la fiesta, por la comodidad y por el capitalismo. Los bienes principales se consumen sin pensar y sin cuestionar nada. Vivimos entre prohibiciones y apariencias. El consumidor no existe.

Al margen de lo horripilante de la sumisión completa y total de la sociedad de consumo a las vicisitudes de un gobierno, esta forma de comportarse tan naturalizada ya, es el cimiento de la corrupción del arte y la cultura. Internet nunca se concibió de esta manera, se concibió como un sitio para todos y para todo. Los buscadores sólo catalogan y formatean, quizá hayan creado la lucha por el posicionamiento en Internet, en pos de la visibilidad de las empresas que tienen poder sobre la cultura y el arte. Luchar por la visibilidad es algo lógico, análogo a lo que se podría considerar antes de la era digital.

Pero la cultura y el arte no responden sólo a conceptos de posicionamiento en Internet. Su corrupción por parte de las empresas es conseguir que la gente crea que “lo que ven es lo que hay”. Y contra esto no se puede hacer nada más que eliminar la ignorancia de la sociedad. La popularidad, el fanatismo... ya no son reflejo de una crítica con conocimiento, una visión educada del mundo. El producto de mercado se sustenta en la más pura y profunda ignorancia de la que cualquier turista hace gala. La persona que se convierte en turista se comporta así de forma inherente. El ciudadano medio pensaría que no pasa nada, pues es sólo por lo que dura el viaje, (si es que alguien reflexiona sobre el turismo), pero el viaje dura toda la vida, y el ciudadano no es más que un turista en su propio barrio.

La tecnología y la extrema facilidad que esta permite a la hora de acercar el producto a las masas nos ha hecho olvidar cualquier tipo de lógica. Consumimos como turistas, sin razón ni medida, sin investigación, sin contexto y casi siempre sin que nos importe una mierda.

Suscripciones:

Antes de la era digital la suscripción a un servicio estaba clara: te pago y me olvido. Tu me das luz, agua, teléfono, Internet, o quizá me llega el periódico a casa o el pan, o quizá cartuchos de impresora o los pañales. Con la era de Internet estaba muy clara la nueva esencia del concepto, nada que ver con el anterior. Suscribirse a cualquier medio se trataba exclusivamente de recibir un feed tras un consentimiento informado y siempre gratis.

Ahora las empresas se han encargado de cobrar por cada minucia por Internet, y dado que nos bombardean con todo tipo de basura cada segundo, es lucrativo conseguir hacer creer a la sociedad (la sociedad turista) que pagar por todo es lógico y necesario, y además por adelantado, lo que es completamente demente. No sólo es invadir los contenidos de publicidad, es añadir muros, crear problemas intencionadamente que solo se pueden arreglar pagando, en contra de todo derecho y sentido común.

Por otra parte, se tiende a la extinción del concepto de obsolescencia programada en la que se basa el consumo de productos dependientes de la ingeniería gracias a este invento que ya conocemos como "live services". Parece en contra de toda lógica, dado lo enfermos que suelen ser los vendedores de productos de forma masiva, que una empresa pueda cambiar tan drásticamente la estrategia más básica de todas.

Se muestran como verdaderas mafias, traficantes de datos y de información. Cualquier teléfono viene ya con opciones desbloqueables de pago mensual, para hacer mejores fotos, almacenamiento, desbloquear velocidad, hacer desaparecer la publicidad, renovar tu dispositivo periódicamente, para disfrutar de contenido que no sabías que querías, para tener apps gratis, para jugar online, más seguridad… etc. Tu próximo coche va a tener ingeniería que has pagado ya, bloqueada a distancia hasta que pagues. Lo tienes ya todo en tu mano y pagado, pero el hardware está bloqueado hasta que pagues más. Tu próxima consola podría ser igual. Tu casa en un par de generaciones podría ser igual.

La sociedad está muy enferma. Los consumidores son turistas y así es como surgirá irremediablemente el completo control social, como en la peor distopía que se haya pensado nunca. Los ecosistemas cerrados, las cuentas obligatorias nos llevan a no poder volver atrás, nos atrapan. En Windows se ha confirmado ya, y que haya publicidad dentro del software pagado, o un montón de botones ‘greyed out’, a falta de una expresión mejor, que sólo se pueden usar pagando extra. Te van a recordar que pagues en cada clic: paga para usar tu pc un día sí u otro no, paga para jugar sin publicidad, paga para usar una versión más correcta del mismo producto. Y los depredadores no van a parar hasta que no aparezcan mensajes de "insert coin to continue" en tu propia casa por todas partes.

Y vacúnate quizá para desbloquear cosas, total visto lo visto, si ya se ha hecho la prueba y todo el mundo lo ha aceptado sin dudar, ya están las bases para que la siguiente versión de esto mismo sea mil veces peor. También hazte cuentas en los sistemas del gobierno, y usa sus apps para acceder a sitios públicos como museos o restaurantes (privados incluidos), y así hasta que tengas que suscribirte con tu propia reputación virtual el acceso a tu casa y a tu comida, o evitar que no te quiten a tus hijos, que quizá no te pertenecen. Porque ahora se discrimina a cualquiera si no se suscribe, y suscribirse es también todo lo que estoy mencionando aquí, y si no lo es aún, lo será.
Las suscripciones que nadie necesita son un cáncer, y se venden como comodidad, como una solución a problemas que no existían, pero que inyectan sutilmente en la vida y a la vez que soluciones que dan rodeos y vueltas inútiles para al final pagar más de lo que habrías pagado si la masa supiera consumir con cabeza. Es naturalizar verdaderas burradas que son claras vulnerabilidades que no se quieren denunciar como “cláusulas abusivas” o que no se ha proporcionado la “información correcta [...] para su uso adecuado”.

Mafias:

Ir a un museo con interés y conocimiento, o disfrutar de un concierto en directo, o ir al cine… Eso es financiación para permitir evolucionar a un artista y se entiende a cambio una recíproca respuesta: cuanto más reciba mejor continuará su labor creativa y más encantados estarán los consumidores de su arte. Capitalismo válido perfectamente. Pero esta obviedad ya es una utopía pura. Sólo el museo puede ser estudiado a priori: puedes ver los cuadros, puedes leer las biografías, ojear fotografías, nadie cuestiona que se pueda usar Internet antes de pagar nada (al menos mientras dure su neutralidad). Con la música y el cine, y hoy los juegos, a eso mismo lo llaman piratería, y lo único que difiere ambos casos es la tecnología, que ha acercado desde finales del s.XX estas artes al bolsillo y ya con Internet a la nube personal, y que existen empresas que presionan para seguir lucrando su negocio de mafias del consumidor.

La música, el cine y los juegos son artes que están hoy muertas. La prueba es la existencia de las discográficas, las productoras, y las desarrolladoras respectivamente: vieron negocio en estas artes y ahora sólo están ahí para el dinero, y no para la innovación, sólo para alimentar a la sociedad con más de lo mismo. Es fácil ver que nadie es libre pues la sociedad consume lo que se les dice, o peor, consume lo que cree que es lo que hay (como turistas), y la piratería es una presunta amenaza a este sistema que han creado.

[....]
Sobre la ignorancia y la felicidad. 2/2
Continuación

La masa:

La masa es ignorante. Esto es algo fácilmente demostrable ya que se manifiesta con una actitud basada en la mediocridad, en que cada individuo se comporta como un turista, que además sólo piensa en sí misma.

Ir a votar sin tener ni idea de política es una primera evidencia de tal ignorancia, y es sobre la que se orquestan las campañas electorales, por lo que existe la propaganda. Aceptar que no se sabe lo suficiente de este tema es honorable, pero hacer uso del sistema en ese contexto es negligente. Creer que no hay más remedio, que lo normal es tener que sacrificar algún principio ulterior interno porque no hay partido que vaya a pensar igual que tú, es penoso. Lo que sacrificas seguro que es vergonzoso o indigno; falacias enormes, que se podrían acabar transformando en verdaderos atentados e incluso genocidios. Naturalizamos que se hace mal uso de los derechos de los ciudadanos como si no pasara nada.

Esta razón de ser del sistema que hay que soportar hoy día es el mismo que mueve a la gente a consumir sin medida y sin ganas, lo que podemos considerar una segunda evidencia. Como lo hacen los demás parece justificarse todo: "como me lo recomendó mucha gente", "como me lo paso bien", “la televisión dice…”. Así nos acercamos cada vez más al mundo del control, al mundo de las suscripciones, al de la renta regalada. El resultado que estamos viendo es cada vez pagar más en el conjunto de una vida, en comparación con lo que se consumiría con cabeza, y sin ningún tipo de sacrificio. Cualquier familia de clase media-baja cree que sus dispositivos de altísima gama son una compra bien hecha, o que los dispositivos es normal que duren cada vez menos, o sin sentidos similares.

La tercera evidencia es vivir la vida pegada a los medios, o seguir creyendo en los medios. Vivimos en los tiempos en donde más que nunca Dios es la televisión. Y por esto los dos primeros puntos realmente se sostienen más fácilmente hoy día. Con una propaganda perfectamente medida, tanto que no hay persona que no haya sido adoctrinada para creer que todo va bien, y con la ignorancia de la masa, la humanidad está perdida.

El pueblo debería mandar sobre los gobernantes, y no los gobernantes sobre el pueblo. Que está masa inerte no tenga la potestad para destituir en cualquier momento y la capacidad de elegir a cualquiera de los individuos que pertenecen a un sistema establecido es demencial y anti-democrático (según la teoría de una democracia real y pura, una democracia formal), y que la sociedad defienda las cosas como son no es más que irónico, dado que se ha tratado este tema muchas veces desde siempre por multitud de colectivos, para en definitiva concluir que, en efecto, el sistema no funciona.

Así avanza el mundo, cimentando las bases de un probable totalitarismo, que junto a la debilidad que tiene el ser humano por la corrupción y el poder y la facilidad inconsciente de los que no tienen medios a su alcance para evitar ser sometidos por esos infames corruptos, es el inevitable siguiente paso hacia el final de las libertades.

Criticantes:

La masa al dividirse por un lado en pro sistema o pagado por el sistema (el personaje anti sistema puesto ahí) y por otro el que disiente del sistema o el anti sistema real, el primer bloque, el mayoritario, se convierte en nada mejor que en un grupo de quejicas. Y los posibles soldados quejicas que siguen las palabras de un sistema ciegamente, sin lógica y sin contrastar nada, son los criticantes.

Ni que decir que estos son gran parte del grupo turista, lo que se torna en la combinación ganadora. Es peor que el nazismo pues se creen con más que razón, se creen críticos, no dejarán que la disidencia exista siquiera. Pero la crítica requiere un esfuerzo e investigación, y una libertad de ataduras que nunca podrán entender, consentir o aceptar. Por eso no son críticos en realidad, hay que acuñar la definición de criticante.

Piratería y libertad de expresión:

La piratería es el medio pacífico para equilibrar la balanza, y por medio de la educación se debería abrazar y permitir. Un producto que merezca la pena va a vender mejor y más con piratería, y si no es que seguro que era una patraña de primeras que no merecía estar ahí, o el producto o la empresa. Las mafias de la industria merecen mano dura y ciega, por que son mafias, y siguen siendo depredadoras del arte y la cultura, violadoras del consumidor y del turista.

Por suerte para mí, es derecho que pueda hablar de todo esto sin censura, y es ilegal que una empresa tenga políticas que nos hagan callar. Así que tomad todos mis textos como os de la gana, pero si me censuran, es la prueba irrefutable y definitiva de que todo está jodido.
Rarest Achievement Showcase
Favorite Game
137
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47
Achievements
Review Showcase
Un ejemplo de maravilla artística y técnica traducida a juego. Y a la vez una denuncia para lo que debería ser un juego SP de 60€ el día de salida. Una pasada que vale lo que cuesta durante 150h+ de contenido NO REPETITIVO, en el que todo es juego, no hay endgame ni aleatorios, no hay tiempos de carga ni tiempos muertos, no importa la dirección que se toma, y para colmo las últimas 10h dependen de las primeras 140. De verdad que increíble cada minuto.

Un mapa enorme, denso, de contenido y variedad imposible de entender, que esconde todo tipo de ejercicios que ponen en evidencia a cualquier otro juego competente, un contenido incomparable ni por el número ni por la calidad.

Pero el mapa sólo adorna una historia de unas 100 tramas de entrelazado exquisito que ninguna parece tener fin, y que de cada una bien podría escribirse un best seller. Hasta la más nímia sorprende en sus giros: jamás habrás visto ni leído siquiera historias similares en ningún otro producto de entretenimiento en tu vida. Las tramas que a priori pueden parecer previsibles son incluso las que más sorpresas acaban escondiendo, y la mayoría dejan migas de pan.

Un juego como los de antes, en donde el progreso es apenas apreciable y en el que las decisiones a corto plazo casi son ridículas, pero te sientes tan dentro que después de 100h recordarás porqué tomaste algunas de aquellas decisiones para beneficio a largo plazo, y es cuando se pueden distinguir las sinergías de cada sistema, las formas de jugar de cada uno.

Por si no hay suficiente con historia y rol, hay minijuegos para aburrir, de entre los cuales el Gwent es una maravilla de sutilezas y mecánicas con ideas própias que son completamente nuevas. Un juego de cartas que no copia, y con el que puedes añadir 50h fácilmente, tanto que ahora es un juego que puedes comprar a parte y que no se parece a ningún otro juego de cartas que jamás hayas jugado. Suma también miles de libros de texto, un mundo más vivo que nunca, y escenarios ambientados como pocas veces se ha visto. Un ejemplo de buena música, y composición escenográfíca sin precedentes, de entendimiento histórico y ejecución impecable. De los efectos especiales, que todos son de cine, lo que más vuelve loco es el departamente artístico: cómo vestir a mil personajes con miles de prendas de vestir al detalle, más de la mitad con unos bordados y joyas y accesorios que no es posible de entender cómo han ejecutado tanta variedad de modelos en ningún tiempo de desarrollo aceptable. Sobre todo cuando te codeas con la realeza, se ve todo increíble, y tira super bien en todo tipo de configuración de ordenadores, pues el juego se hizo pensando en PC.

Demasiado para ser verdad. Si a alguien no le gusta este juego es justamente por eso, por ser enorme, larguísimo, con un buen montón de recovecos y variedad, o porque no te gusta el personaje principal, que a falta de sentimientos, por el lore, quizá a las 100h de doblaje sientas que se les ha ido la mano. Algo que es respetable claro, como cualquier opinión.

Sólo falla en el movimiento, y su reflejo en el combate, si es que se puede decir que falla, porque dado lo que ofrece ni te enteras. Como jugador se te exige aprender bien cómo matar a una criatura específica. El juego ofrece todas las herramientas y más para lograrlo. Así que si mueres alguna vez sentirás que ha sido por culpa tuya, por no haber adquirido los conocimientos que se te han ofrecido, por haberlos ignorado o por no querer usar los elementos que el juego pone a tu disposición, pero desde luego nunca porque el movimiento te juegue una mala pasada. Y si aún así te ocurre, estás alerta y punto. Casi parece real que el movimiento te juegue una mala pasada. Quizá en pendientes, orilla del mar o donde hay muchos objetos pequeñitos y tu estás aparentemente atascado entre ellos (que nada de eso, creo que queda claro). Si realmente te implicas, te metes en el papel del personaje, casi parecen tropiezos realistas esos ínfimos problemas de movimiento.

Después de la trama principal, el juego en sí vamos, hay un par de expansiones que son mucho más que estupendas (se sabe que no habrá más contenido así que pilla sin más todo el pack). La primera comienza con un feel demasiado diferente, pues ya no parece que haya alguna amenaza digna comparable, sientes que todo importa una mierd@. Es la primera vez y como mucho durante 20 min, en todo el juego que sentí eso. Pero una vez arranca y te implicas es tan espeluznante como todo el juego original. Pero lo que realmente deja helado completamente es la segunda expansión. Cada segundo constante es otra pasada. Y otra pasada es jugar las 120h anteriores para llegar a la nueva región que se ofrece, completamente diferente a todo lo anterior, desde el ambiente hasta el Gwynt. Si creías que no podías quedarte con la boca abierta más tiempo, Toussaint es para soñar. Pon la cámara mirando a cualquier sitio a cualquier hora del día, y probablemente tengas una foto para enmarcar. Y la historia que se cuenta, a pesar de su simpleza, se cuenta con la tendencia anterior. Increíble.

Con todo, no hay palabras para describir esto. Fuera de serie, no hay nada igual. Lo he jugado entero 2 veces, y una tercera con expansiones, desde 0, porque me apasiona símplemente. Ya te quedes loco mirando el paisaje, o leyendo libros, o consiguiendo equipo, o jugando al Gwynt, esto es incomparable.

______

Entrando en nombres propios: lo que más apasiona en CD Project Red es que cualquier otro fabricante tipo EA o Ubisoft, habría hecho 10 juegos (sin exagerar) de este repartidos en 10 años, todos de 65+€ cada uno, y que sólo en su conjunto harían un íntegro juego con el contenido the The Witcher 3.

El que siga consumiendo a lo loco sin que le importe nada esto que sepa que está contribuyendo deliberadamente a la destrucción de la industria, y legitimando las formas de venta deshonestas que cada vez más nos inculcan por la fuerza.

Por otra parte, creo que ahora que escribo esto en 2017, este es el mejor juego del decenio, incluyendo BotW (que no es más que un The Witcher al que le quitas las 100h de historia cinematográfica), GTA V (por supuesto), Bioshock Infinite, o Dark Souls y en general cualquier GotY que se le pudiera ocurrir a cualquiera. Incluso digo y afirmo que este juego para su año es varias magnitudes superior a Skyrim para el suyo, a pesar de llegar mucho después.

El juego del año se lo llevó RotTR en vez de esto, vaya sacrilégio.

Ahora que reescribo y reviso en 2022, 10/10 en AAA. Sin duda. Es la referencia de aquel decenio, no hay nada igual por mucha diferencia, ni GTA ni RDR ni Skyrim ni nada son sombra de este. Y encima un remaster gratuito. Gratuito. Como deberían haberlo sido todos.
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Comments
Alex 22 Dec, 2015 @ 8:39am 
¡:nonplussed_creep:Salu3!
maestrodarius 24 Jan, 2013 @ 12:48am 
¡Saludos! :D