La vez que salió Portal allá en el 2007 fue en un grupo de juegos llamado The Orange Box. Al parecer no le tenían mucha fé, y por eso lo lanzaron junto a otros juegos para justificar el precio. Sin embargo, para mí, la joya de The Orange Box fue justamente Portal. Me quedé fascinado con la mecánica del juego desde que la ví en un trailer. No dudé en jugarlo casi apenas salió y no me desilusionó. La mecánica funcionaba muy bien y los desarrolladores supieron hacer puzzles interesantes con ella. Además de eso, había un personaje que unía toda la experencia: GLaDOS. Esa voz computarizada que al principio parece normal y en mal funcionamiento se convierte lentamente en un personaje completo con motivaciones propias y un odio inexplicable al jugador.

Dicho todo esto, cuando terminé el juego quería más. Quería saber más del mundo que vagamente te contaban en el juego. Y obviamente quería una secuela. Pero un miedo rondaba mi cabeza... "las segundas partes nunca fueron buenas" dice el refrán. ¿Podría que ninguna secuela consiga el mismo efecto en mí que el original?

Bueno, estoy contento en afirmar que estuve equivocado. El juego logra salir de la (gran) sombra del juego anterior y forma una identidad propia, expandiendo la mecánica original de los portales con otros elementos que añaden un nivel de complejitud a los puzzles. Totalmente recomendable.

La vez que salió Portal allá en el 2007 fue en un grupo de juegos llamado The Orange Box. Al parecer no le tenían mucha fé, y por eso lo lanzaron junto a otros juegos para justificar el precio. Sin embargo, para mí, la joya de The Orange Box fue justamente Portal. Me quedé fascinado con la mecánica del juego desde que la ví en un trailer. No dudé en jugarlo casi apenas salió y no me desilusionó. La mecánica funcionaba muy bien y los desarrolladores supieron hacer puzzles interesantes con ella. Además de eso, había un personaje que unía toda la experencia: GLaDOS. Esa voz computarizada que al principio parece normal y en mal funcionamiento se convierte lentamente en un personaje completo con motivaciones propias y un odio inexplicable al jugador. Dicho todo esto, cuando terminé el juego quería más. Quería saber más del mundo que vagamente te contaban en el juego. Y obviamente quería una secuela. Pero un miedo rondaba mi cabeza... [i]"las segundas partes nunca fueron buenas"[/i] dice el refrán. ¿Podría que ninguna secuela consiga el mismo efecto en mí que el original? Bueno, estoy contento en afirmar que estuve equivocado. El juego logra salir de la (gran) sombra del juego anterior y forma una identidad propia, expandiendo la mecánica original de los portales con otros elementos que añaden un nivel de complejitud a los puzzles. Totalmente recomendable.