Algo que tiene de particular el arte - ya sea en la literatura, el cine, la música o los videojuegos - es que cada bastante tiempo aparecen piezas que se suelen tomar como referentes: de esas que brillan y atraen a individuos que, por cualquiera que sea la razón, no estaban metidos en ese mundo.
En esta industria existen esos clásicos (cada uno en su respectivo género) que marcaron generaciones y que fueron base fundamental para el posterior desarrollo y expansión de esta forma de ver el arte.
Llego un par de años tarde, pero por fin tuve la oportunidad de probar Disco Elysium, juego que posee todas las características para convertirse en un referente. Y ojalá así lo sea.

En su esencia, este título es un juego de rol sumamente inspirado en los clásicos: aquellos donde el peso de la narrativa era inmenso y donde nuestras decisiones podían cambiar drásticamente el transcurso de nuestra partida. En esta ocasión, se toman todos esos elementos y se hace un homenaje estupendo, al borde de la perfección.
Como es habitual en este género, tendremos estadísticas y habilidades (en este caso son nuestros propios pensamientos) que nos permiten modificar y vivir la experiencia que nosotros queramos. A diferencia de juegos de rol modernos, el hecho de tener uno de estos recursos en un valor más elevado no significa que todo vaya a salir bien: aquí las cosas se resuelven por tiradas de dados, y la probabilidad nunca es de 100%, así que lo máximo que podremos hacer es lograr que la chance sea lo más alta posible, pero nunca una victoria segura.
Y como mencioné antes, nuestras habilidades se asocian directamente a lo que siente nuestro personaje, todo lo que hace que seamos más o menos humanos. Es un sistema sumamente ingenioso y que se conecta perfectamente a lo que quiere transmitir el juego.
Nuestra historia avanza por días y nos da una posibilidad única: poder volver a intentar la gran mayoría de las tiradas que, por razones del azar, salieron mal. Esto hace que una opción no se cierre automáticamente y que, en un futuro, tengamos la chance de conocer esa historia que nos quedó en el tintero.

Y ahora toca hablar del plato principal: la narrativa. Disco Elysium es un juego increíblemente denso, como pocos he visto. Esta es un arma de doble filo, ya que más de uno decidirá no entrar a este título por resultarle muy abrumador; esta es, en mi opinión, una decisión totalmente válida y entendible.
Pero aquel que sea curioso, que disfrute de las buenas historias y se arme de paciencia, será recompensado con una obra que tiene muchísimo para decir, y que no para de hacer las cosas bien.
Este es un título con un tono muy adulto: está rodeado de un aura oscura y desesperanzadora; toca temas políticos, sociales, culturales, de género y otros sumamente personales. Hace todo esto con un tacto y una inteligencia que generan una satisfacción enorme y atrapan desde el primer diálogo. Y hablando de diálogos: estamos frente a un mastodonte; un juego repleto de historias que descubrir y personajes que conocer: hay muchísimo que leer y es lo que haremos prácticamente todo el tiempo.
Esta montaña de contenido está hecha con tanto cariño y conocimiento, que no encuentro con qué compararlo. Durante las 40 horas que me llevó completar esta experiencia, nunca decayó en nivel de calidad, lo cual es impresionante a muchos niveles.
Todo esto con un sentido del humor increíblemente ingenioso; el juego está siempre adelantado a nuestros movimientos y, de vez en cuando, parece mirarnos del otro lado y devolvernos un guiño, como diciendo: "sé que te está encantando y hay mucho más de donde vino eso".

Aquí he visto varios de los eventos más impresionantes que se han logrado en esta industria: escenas que se desenvuelven con una soltura y buen gusto, que son dignas de analizar por separado y en profundidad.
Y por si fuera poco, como es común en el género, este título posee un alto nivel de rejugabilidad, ya que cada experiencia es muy diferente a la anterior gracias a la capa de personalización y las decisiones que tomemos, las cuales realmente funcionan y tienen un gran peso en lo que lleguemos a ver en nuestra partida.

Nuestro personaje es uno de los protagonistas más arruinados que me he cruzado, está sumido en la miseria en tantos sentidos y tan bien retratado, que hasta da miedo.
Lo mismo para el resto de participantes, da gusto pasar horas leyendo sus historias y su relación con el mundo en el que nos encontramos, hay diálogos que no se van a borrar con tanta facilidad de mi mente, eso lo doy por hecho. También debo recalcar que el trabajo de darle voz a estos actores está más que bien.
Y no puedo no mencionar el absurdo trabajo que hicieron con la traducción de este juego, no quiero ni imaginar lo exhaustivo que puede resultar lograr un buen resultado. Es reconfortante saber que de a poco lo va a poder disfrutar más gente.

Por último, no quiero dejar de lado el aspecto estético y técnico de este juego. Con la forma en que está creado, con esos tonos oscuros y esos personajes que parecen haber sobrevivido más de un apocalípsis, se logra un nivel de inmersión impresionante. Y no falta la música, que de forma muy sutil nos sumerge en un universo que nos llevará a explorar hasta el último rincón de la sociedad y la mente humana.

No me queda mucho más que decir, así que voy a pasar directamente a la conclusión.

En un medio donde muchas veces se quiere replicar la experiencia de leer un buen libro, Disco Elysium hace eso a un nivel que nunca antes había visto: combina de manera sublime la interactividad del videojuego, con una historia y un mundo exquisitamente densos. Con suerte, este se convertirá en uno de esos grandes clásicos.
Preparáte un café (o lo que más te guste) y disfrutá de lo que en mi opinión es - y no me tiembla el pulso para decir esto - la obra mejor escrita que ha brindado un videojuego hasta la fecha.

Extremadamente recomendado

Algo que tiene de particular el arte - ya sea en la literatura, el cine, la música o los videojuegos - es que cada bastante tiempo aparecen piezas que se suelen tomar como referentes: de esas que brillan y atraen a individuos que, por cualquiera que sea la razón, no estaban metidos en ese mundo. En esta industria existen esos clásicos (cada uno en su respectivo género) que marcaron generaciones y que fueron base fundamental para el posterior desarrollo y expansión de esta forma de ver el arte. Llego un par de años tarde, pero por fin tuve la oportunidad de probar Disco Elysium, juego que posee todas las características para convertirse en un referente. Y ojalá así lo sea. En su esencia, este título es un juego de rol sumamente inspirado en los clásicos: aquellos donde el peso de la narrativa era inmenso y donde nuestras decisiones podían cambiar drásticamente el transcurso de nuestra partida. En esta ocasión, se toman todos esos elementos y se hace un homenaje estupendo, al borde de la perfección. Como es habitual en este género, tendremos estadísticas y habilidades (en este caso son nuestros propios pensamientos) que nos permiten modificar y vivir la experiencia que nosotros queramos. A diferencia de juegos de rol modernos, el hecho de tener uno de estos recursos en un valor más elevado no significa que todo vaya a salir bien: aquí las cosas se resuelven por tiradas de dados, y la probabilidad nunca es de 100%, así que lo máximo que podremos hacer es lograr que la chance sea lo más alta posible, pero nunca una victoria segura. Y como mencioné antes, nuestras habilidades se asocian directamente a lo que siente nuestro personaje, todo lo que hace que seamos más o menos humanos. Es un sistema sumamente ingenioso y que se conecta perfectamente a lo que quiere transmitir el juego. Nuestra historia avanza por días y nos da una posibilidad única: poder volver a intentar la gran mayoría de las tiradas que, por razones del azar, salieron mal. Esto hace que una opción no se cierre automáticamente y que, en un futuro, tengamos la chance de conocer esa historia que nos quedó en el tintero. Y ahora toca hablar del plato principal: la narrativa. Disco Elysium es un juego increíblemente denso, como pocos he visto. Esta es un arma de doble filo, ya que más de uno decidirá no entrar a este título por resultarle muy abrumador; esta es, en mi opinión, una decisión totalmente válida y entendible. Pero aquel que sea curioso, que disfrute de las buenas historias y se arme de paciencia, será recompensado con una obra que tiene muchísimo para decir, y que no para de hacer las cosas bien. Este es un título con un tono muy adulto: está rodeado de un aura oscura y desesperanzadora; toca temas políticos, sociales, culturales, de género y otros sumamente personales. Hace todo esto con un tacto y una inteligencia que generan una satisfacción enorme y atrapan desde el primer diálogo. Y hablando de diálogos: estamos frente a un mastodonte; un juego repleto de historias que descubrir y personajes que conocer: hay muchísimo que leer y es lo que haremos prácticamente todo el tiempo. Esta montaña de contenido está hecha con tanto cariño y conocimiento, que no encuentro con qué compararlo. Durante las 40 horas que me llevó completar esta experiencia, nunca decayó en nivel de calidad, lo cual es impresionante a muchos niveles. Todo esto con un sentido del humor increíblemente ingenioso; el juego está siempre adelantado a nuestros movimientos y, de vez en cuando, parece mirarnos del otro lado y devolvernos un guiño, como diciendo: "sé que te está encantando y hay mucho más de donde vino eso". Aquí he visto varios de los eventos más impresionantes que se han logrado en esta industria: escenas que se desenvuelven con una soltura y buen gusto, que son dignas de analizar por separado y en profundidad. Y por si fuera poco, como es común en el género, este título posee un alto nivel de rejugabilidad, ya que cada experiencia es muy diferente a la anterior gracias a la capa de personalización y las decisiones que tomemos, las cuales realmente funcionan y tienen un gran peso en lo que lleguemos a ver en nuestra partida. Nuestro personaje es uno de los protagonistas más arruinados que me he cruzado, está sumido en la miseria en tantos sentidos y tan bien retratado, que hasta da miedo. Lo mismo para el resto de participantes, da gusto pasar horas leyendo sus historias y su relación con el mundo en el que nos encontramos, hay diálogos que no se van a borrar con tanta facilidad de mi mente, eso lo doy por hecho. También debo recalcar que el trabajo de darle voz a estos actores está más que bien. Y no puedo no mencionar el absurdo trabajo que hicieron con la traducción de este juego, no quiero ni imaginar lo exhaustivo que puede resultar lograr un buen resultado. Es reconfortante saber que de a poco lo va a poder disfrutar más gente. Por último, no quiero dejar de lado el aspecto estético y técnico de este juego. Con la forma en que está creado, con esos tonos oscuros y esos personajes que parecen haber sobrevivido más de un apocalípsis, se logra un nivel de inmersión impresionante. Y no falta la música, que de forma muy sutil nos sumerge en un universo que nos llevará a explorar hasta el último rincón de la sociedad y la mente humana. No me queda mucho más que decir, así que voy a pasar directamente a la conclusión. En un medio donde muchas veces se quiere replicar la experiencia de leer un buen libro, Disco Elysium hace eso a un nivel que nunca antes había visto: combina de manera sublime la interactividad del videojuego, con una historia y un mundo exquisitamente densos. Con suerte, este se convertirá en uno de esos grandes clásicos. Preparáte un café (o lo que más te guste) y disfrutá de lo que en mi opinión es - y no me tiembla el pulso para decir esto - la obra mejor escrita que ha brindado un videojuego hasta la fecha. Extremadamente recomendado