Chale te humillé

El prolapso rectal o anal es una condición en la cual el recto (la última parte del intestino grueso) pierde los anclajes normales que lo mantienen fijo en el interior del cuerpo, lo que permite que se deslice al exterior a través del orificio anal.

Hay una serie de factores que están vinculados al prolapso. Se estima que un 30% a un 67% de los pacientes con prolapso tienen estreñimiento crónico (heces poco frecuentes o de esfuerzo severo) y un 15% adicional tiene diarrea. En el pasado, se consideraba que esta condición estaba asociada al parto vaginal. Sin embargo, un 35% de las mujeres con prolapso rectal nunca dieron a luz y puede ocurrir en hombres.

Una pregunta frecuente es si el prolapso y las hemorroides son lo mismo. El sangrado y/o tejido que sobresale desde el recto son síntomas comunes del prolapso y de las hemorroides, pero hay una diferencia importante. El prolapso rectal afecta a toda tu forma de juego, dependiendo de la forma en que la persona esté acomodada, el ano puede repercutir con un dolor tan grande que llega a afectar tus partidas, principalmente debido al estrés y al fallo constante que esté sufriendo la persona en cuestión.
La pared del recto y las hemorroides solamente afectan a la forma en la que te comunicas con los demás, a veces solo te limitas a gemir y dependiendo del dolor puedes mutearte por unas putas 10 horas mientras dejas a tu compañero hablando como pendejo por todo ese tiempo, también afecta en la forma de hablar, si de por si te tienes que mutearte para que no escuchen tus gemidos de perra parinedo un elefante, no me quiero imaginar lo que dirías si tuvieras los pinches huevos de decir una palabra sin invocar a un demonio con tremendo lenguaje y para terminar, el demonio (según científicos) sale por la capa superficial del recto situada cerca del orificio anal.
El prolapso rectal puede llevar a la incontinencia fecal (pérdida del control del Shrek y Shaggy).