"Es difícil expresar el sentimiento que invade mi cuerpo al referirme a vos. Los momentos previos a una cita, previamente confirmada, son los que provocan la ansiedad y el nerviosismo más grande que mi espíritu supo percibir. Pienso en mi vestimenta, siempre creo que estoy mal empilchado para nuestro día. Al verte, las cosquillas me recorren, de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha, desordenadamente; pero no existe nada más lindo que ese sentir. Y cuando estoy ahí, frente a ti, balbuceo, me muevo, te miro, los nervios me invaden; no encuentro la forma de transmitirte mi pensamiento.

La vida me unió a vos, eso no va a cambiar. Sé que nunca voy a dejar de pensarte, de planear cómo va a ser el próximo encuentro, de quererte…esto es para siempre, y cuando llegue el día de mi deceso, sentiré una eterna tranquilidad de haber muerto pensando en vos."