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Los buenos amigos son como las sandías, de todas las que pruebas solo sale buena una.
A veces me pregunto por qué seguimos siendo amigos, luego lo pienso y digo: ‘¡Ay, pues te he cogido cariño!’.
Aunque a veces me canse de escucharte hablar de lo mismo, la realidad es que te quiero amigo.
Empiezas a llamarlo amistad cuando has vomitado delante suya y aguanta tus tonterías.
Es difícil toparte con personas guapas, inteligentes, leales y con buenos valores, así que, siéntete feliz de haberme encontrado.
Las buenas amistades no te dejan hacer tonterías solo, más bien te acompañan.
Las buenas amistades son aquellas que nos las ofenden si las «insultas». Ellos sonríen y te contestan al mismo nivel.
Los amigos son como la paredes. A veces te apoyas en ellas porque las necesitas y otras sencillamente es importante que sepas que están ahí.
Era buena persona hasta que te conocí y me contagie de tu locura.
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