En la oscuridad hay una niña que llora,
Grita, esperando que el plenilunio se ponga y deje el mundo en ofuscamiento.
Echa una maldición
"Que todo pierda color y ellos caminen cómo bestias hambrientas".
En un abrir y cerrar de ojos los cuervos, escuchan su deseo; y en respuesta a la amenaza, en grupo hacen graznidos.
Una blasfemia cae y en el mundo se oyen gritos de personas,mostrándose como un animal feroz, olvidando que alguna vez fueron humanos.
La tierra va cayendo, pierde su color. Solo va quedando un triste negro.
-¡Hey aquí!-
Se logra escuchar la voz de un niño,
Va en su búsqueda.
-ven, aquí no nos atraparan- se esconden en una cueva.
-oye ¿quien eres?- dijo ella sin comprender
-Vladimir- respondio.
Ambos se quedaron viendo el cielo; era lo único que de momento tenia color, las estrellas y la luna decoraban la escena.
Ella lo miraba mientras este tomaba su mano, era extraño como no había perdido la razón. Podía sentir la calidez de su alma, ¿porque la maldición no llego a el?; por un momento olvido todo odio.
-y tu ¿como te llamas?- dijo el mientras le devolvía una sonrisa
-melody- dijo tímidamente
Vladimir parecía ser de pocas palabras, ella no podía dejar de ver su rostro.
la maldición no tardo en llegar a dicha cueva quería tragar al niño y en desesperación ella lo abrazo esperando que todo vuelva a la normalidad. Pero fue inútil aquel inocente niño estaba siendo tragado por la oscuridad solo pudo decir "melody, bello nombre", mientras se despedía con una gran sonrisa como si ese único momento de ver el mundo con ella, a el le hubiese alcanzado.
Verlo desaparecer quebró su corazón, una lágrima corrió por sus mejillas. Ella jamas le dijo quien era verdaderamente, alguien tuvo calidez y color. Aun así no alcanzo decirle su verdadero nombre
Cleopatra.
Una bruja que fingió ser niña, la que quiso comer a la asquerosa humanidad.