Installer Steam
Logg inn
|
språk
简体中文 (forenklet kinesisk)
繁體中文 (tradisjonell kinesisk)
日本語 (japansk)
한국어 (koreansk)
ไทย (thai)
Български (bulgarsk)
Čeština (tsjekkisk)
Dansk (dansk)
Deutsch (tysk)
English (engelsk)
Español – España (spansk – Spania)
Español – Latinoamérica (spansk – Latin-Amerika)
Ελληνικά (gresk)
Français (fransk)
Italiano (italiensk)
Bahasa Indonesia (indonesisk)
Magyar (ungarsk)
Nederlands (nederlandsk)
Polski (polsk)
Português (portugisisk – Portugal)
Português – Brasil (portugisisk – Brasil)
Română (rumensk)
Русский (russisk)
Suomi (finsk)
Svenska (svensk)
Türkçe (tyrkisk)
Tiếng Việt (vietnamesisk)
Українська (ukrainsk)
Rapporter et problem med oversettelse
🅷🅰🅿🅿🆈 🅽🅴🆆 🆈🅴🅰🆁 2023
Me parece un poco desagradable que te metas a mi habitación solo para robar mis boxers y es repulsivo pensar lo que haces con ellos. No se lo he dicho a nuestros padres por miedo a que te obliguen a irte de casa, después de todo tienes 22 años y es bastante raro que tengas esas intenciones con tu hermano de 15 años.
Encontrar mi ropa interior debajo de tu cama no es lindo oni-san, tampoco es lindo que me espies mientras me baño o que guardes toda mi basura en tu habitación, mucho menos que tengas fotografías mías pegadas en revistas eróticas.
Me das miedo oni-san, yo te quiero mucho pero me das demasiado miedo... El otro día te metiste a mi cama en la madrugada y olfateaste mi cabello, besaste en mi cuello, acariciaste mis piernas y no parabas de repetirme al oído lo hermoso que era, todo mientras dormía; las cartas de amor que he encontrado debajo de mi almohada se que son tuyas.
Me dueles oni-san, me das un poco de lástima.