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Sinceramente, esperaba mucho más.

Pensaba que añadir a Evelyn daría muchas más opciones, pero en cuanto repites el capítulo 3 para cambiar de ruta (es bastante evidente cómo hacerlo), te das cuenta de que las dos chicas son exactamente iguales.

Literalmente, no cambia NADA a partir del estrés de dicho capítulo. Conversación A con la chica para la que estuviste ahí, y conversación B con la que dejaste de lado por hablar con la otra. Y ya, da igual que sea Emily o Eva, todo se va a desarrollar igual. En el primero al estar solo Emily te daba una sensación como de más... ¿personalidad? Pero es que aquí es como hablar siempre con la misma persona.

Lo que más me cabreó es que en mi primera ruta, Eva me dejó porque, sorpresa, Emily le dijo que no quería formar una familia, porque en los primeros capítulos (las conversaciones son como tests muy absurdos camuflados), a Emily le dije que no me entusiasmaba, pero a Eva le dije que no me importaría, y en el último capítulo fue como "ASÍ QUE NO QUIERES FORMAR UNA P*** FAMILIA AH ME HAS MANIPULADO TODA NUESTRA RELACIÓN HA SIDO UNA FARSA Y ES CULPA TUYA"... PERO TÍA. Y esto pasa porque las rutas son tan sencillas que solo con "mentirles" (a veces puede resultar muy ambigüo, como cuando sobre el sexo, le dices a Emily que solo has llegado hasta la tercera base, y a Evelyn le dices "más o menos" pero en el chat acaba poniendo solo "sí", ESO YA CUENTA COMO UNA MENTIRA), ya está, eres una basura.

El primero te llega al kokoro porque es capaz de convertirse en algo muy personal, pero es que aquí lo ves todo tan absurdo... lo mejor de todo es cuando te llaman manipulador/a y no puedes decir que no, porque realmente no te dan muchas opciones y la correcta es bastante obvia, así que tiras por ahí.

Emily es una amiga del instituto, estáis bastante unidos. Es alegre y simpática, divertida y encantadora, tu crush. Acabáis de graduaros y el año que viene iréis a la universidad, os separaréis, pero eso no hará que perdáis el contacto. En vuestro primer año de universidad notarás como, pese a parecer que está tan contenta como siempre, tú sabes que en el fondo le pasa algo. Ha empezado una relación en la que se encuentra... rara, le faltas tú. Desearías ser esa persona. Aún así, le das todo tu apoyo, que es lo único que puedes darle, y le prometes que siempre estarás ahí para ella. Y Emily seguirá fingiendo que es feliz. Llega un momento en que todo eso se derrumba. Te echa de menos, pero tú has seguido con tu vida. Aún así, siempre tendrás un hueco en el corazón para ella. Se lo prometiste. Está deseando verte, estar contigo. Tú sabes lo que quieres hacer, pero no sabes lo que debes hacer... Y da igual lo que hagas, porque el resultado va a ser el mismo. Si decides que venga a verte, acabarás acostándote con ella, y pensará que te aprovechaste de que estaba mal. Si, por el contrario, le dices que lo mejor es que no venga, se sentirá abandonada. Se volverá todo muy raro. Os distanciaréis. La próxima vez que hables con ella descubrirás que ha vuelto a esa relación que tanto daño le hacía. Pero es que más daño le hacía pensar en que no tenía muchas más alternativas. Ha cambiado. Te da miedo. La persona que tanto querías parece haber desaparecido. Querrías decirle mil cosas, saber cómo habéis podido llegar a ese punto, qué es lo que siente realmente... ¿Sigue estando la Emily de siempre? ¿Se sentirá igual que yo en este momento? Te da miedo descubrirlo, así que no se te ocurre nada de qué hablar más que de temas triviales como el tiempo, hasta que ya no sabes como seguir hablando con ella, hacer que no se vaya... pero Emily se ha ido.