安裝 Steam
登入
|
語言
簡體中文
日本語(日文)
한국어(韓文)
ไทย(泰文)
Български(保加利亞文)
Čeština(捷克文)
Dansk(丹麥文)
Deutsch(德文)
English(英文)
Español - España(西班牙文 - 西班牙)
Español - Latinoamérica(西班牙文 - 拉丁美洲)
Ελληνικά(希臘文)
Français(法文)
Italiano(義大利文)
Bahasa Indonesia(印尼語)
Magyar(匈牙利文)
Nederlands(荷蘭文)
Norsk(挪威文)
Polski(波蘭文)
Português(葡萄牙文 - 葡萄牙)
Português - Brasil(葡萄牙文 - 巴西)
Română(羅馬尼亞文)
Русский(俄文)
Suomi(芬蘭文)
Svenska(瑞典文)
Türkçe(土耳其文)
tiếng Việt(越南文)
Українська(烏克蘭文)
回報翻譯問題
La realidad es que el alemán siempre ha tenido la mirada de un ganador; en los cuartos de Champions de 2021 tras ser eliminado por el PSG, Neymar y paredes intentaron provocarle, pero en aquel momento kimmich nos dejó una de las imágenes que mejor define la mentalidad de un ganador. No cayó en ninguna provocación.
En su lugar se quedó mirando al frente. Porque los ojos de un campeón son aquellos capaces de centrarse en el horizonte sin fijarse los problemas que hay a su lado, capaces de mantener la calma en medio de la tormenta y de liderar a los demás con el ejemplo, Kimmich no llegó alegre al vestuario y eso fue bueno porque el conformismo es la cárcel del crecimiento.
Aquel día, el alemán probablemente entendió que la auténtica victoria radica en la firme convicción de que cada entrenamiento, cada sacrificio y cada derrota son peldaños hacia el éxito.