Zainstaluj Steam
zaloguj się
|
język
简体中文 (chiński uproszczony)
繁體中文 (chiński tradycyjny)
日本語 (japoński)
한국어 (koreański)
ไทย (tajski)
български (bułgarski)
Čeština (czeski)
Dansk (duński)
Deutsch (niemiecki)
English (angielski)
Español – España (hiszpański)
Español – Latinoamérica (hiszpański latynoamerykański)
Ελληνικά (grecki)
Français (francuski)
Italiano (włoski)
Bahasa Indonesia (indonezyjski)
Magyar (węgierski)
Nederlands (niderlandzki)
Norsk (norweski)
Português (portugalski – Portugalia)
Português – Brasil (portugalski brazylijski)
Română (rumuński)
Русский (rosyjski)
Suomi (fiński)
Svenska (szwedzki)
Türkçe (turecki)
Tiếng Việt (wietnamski)
Українська (ukraiński)
Zgłoś problem z tłumaczeniem
Al llegar a la habitación donde solía pillar la rompa limpia, me encontré en el cesto un gatito, llevaba una nota de papel pegada y doblada en su collar con dos cascabeles.
Me encontré con una dirección "Jonay".
Antes de tomar mi ducha habitual de unas cuantas horas y luego hacerme un sandwich, se me hizo de noche.
Fui al coche, llegue a casa de mi coleguilla, llame al timbre y de fondo escuchaba dentro de la casa golpes como si fuera de un bastón de madera impactando contra una persona, y al cabo de unos minutos bajo Jonay le dije que si tenia un gato blanco con un collar con un par cascabeles a lo que me respondió que si y que me lo había dejado porque lo llamaba mamonai o algo así.
Dormí en su casa y al siguiente día ya era hora de llegar a mi casa y jugar un ratillo con mis colegas.