La única forma de explicar este juego sería representándolo como una persona. Esa persona sería ciega, sorda, muda, cuadriplégica, con 4 tumores que hicieron metástasis en el cerebro, un acv y múltiples enfermedades congénitas.

Desde la actualización de CS:GO a CS2, casi todos sus elementos sufrieron un abismal cambio. El gameplay es peor, el gunplay es peor, el matchmaking es peor, la performance es peor, los server son peores, el VAC es peor, la UI es peor, incluso hay menos modos de juego.
Lo único que no cambió, y solo porque no es decisión del desarrollador, es la toxicidad de su comunidad. Cada partida es un experimento social que te invita a compartir 40 minutos de tu vida con 2 chilenos y 2 brasileros: todavía no pude decidir en que país tiraría una bomba nuclear.
El contenido que ofrece es nulo, ya que Valve y Gabe Newell tienen menos ganas de darle bola al CS que yo de terminar una carrera universitaria. No los juzgo, sacando una cajita cada 6 meses se aseguran una nueva generación de millonarios que mantener. Pueden pasar hasta 2 meses sin siquiera un fix de un bug, ni hablar de algo que atraiga jugadores como una operación.
Si fuesen contemporáneos, no me hubiera sorprendido enterarme que los detenidos durante la última dictadura cívico-militar eran obligados a buscar servers comunitarios como método de tortura. Al menos ese sería mi castigo para con los desarrolladores si no existiesen los Convenios de Ginebra.


Dicho todo esto, es lo más grande que me pasó en la vida. Espero que no pase un día en mi vida sin meterme a un server a bañar en un glosario de improperios un brazuca.